domingo, septiembre 10, 2017

Tertulias Mácaros: la matriz, la continental, y la guasap

Chiquián, Perú
Me llega un correo de Juan Pedro, el consejero áulico de nuestra tertulia Mácaros, en el que me da cuenta de la celebración de la primera tertulia “Mácaros continental”  a finales de agosto en el puerto de Navacerrada. Me manda una fotografía de él, el anfitrionazgo de la matriz (Oliver) y de una profesora y profesor emérito o algo así, de abultados CV (los he fisgado, les había oído hablar de ellos) -, y me vuelve a reprochar que no tenga guasap. “Para que pongas cara a los dos” del Mácaros virtual o guasp, “que igual hacen una escapada a la tertulia  matriz (Oliver)”. Al menos reconocen  liderazgo fundacional y  esplendor. Están enloquecidos y mucho más intelectualizados, si ello fuera posible, desde que tienen “Mácaros guasap o virtual". Los únicos que nos  mantenemos  extra civitas somos mi hermano y yo.
Como están entretenidos con teorías, libros, autores, incluso suelen decir “Cuál piensas que sería la solución”, lo que me indigna, se han vuelto morosos en las citas. Pues así las cosas se ha retrasado el cónclave de este mes, al que viene. Voy a escribir un manifiesto contra ellos y voy a constituir una célula de Mácaros autónoma, rebelde  y desintelectualizada. Currículos inflados a la puta calle, no entran. Ya hay de sobra.   
Aún no ha amanecido, me he despertado de un largo sueño  en el que estaba en Marruecos, exactamente en Tánger, cuando al comienzo de la II Guerra mundial fue tomada por los españoles, y  conservaba el estatus internacional. Había una mujer que pintaba mucho en el sueño y con la que Chukri tenía relaciones carnales. Chukri sí, yo no. Nunca había soñado con Marruecos.
Enciendo el ordenador y este correo de E. desde los Andes. Merece  transcripción, breve y descriptivo.
Y tanto! Me sigue resultando incomprensible como en medio de Perú me puedo comunicar en mi idioma - si usamos las mismas palabras!
Estamos en el hotel ya en Chiquián. Los Andes majestuosos, algunos nevados. Lagos glaciares, cielos violáceos. De una belleza sobrecogedora.
Seguiré escribiendo. Besos, E
Este es el tipo de comunicación que tengo con mi hijo. Nunca me he planteado como serían ese tipo de relaciones. Yo mantuve una larguísima no relación a muerte  con mi padre, y al final fue muy buena. Estar sin padre tantos años y determinantes  es un capital que no se puede desperdiciar. Son una tensión y vacío  enriquecedores, sirven para buscarte en campo abierto, entre abedules, alerces, coníferas, trigales, marismas y roca viva. Das mucho rodeos, pierdes mucho tiempo, te equivocas también mucho, pero vives más y puedes salir hecho  un producto  montaraz, divertido y con imprescindibles dosis del genoma estrafalario, enemistado con el aburrimiento. Todo vale si al final te llevas bien (padre), no regular, sino más, porque siempre se mantuvo  su sombra.
Pensado estas cosas  y como con mi hijo siempre me he llevado muy bien-he sido un padre simpático y alegre, eso dijo una vez, y nada coñazo ni cursi ni inseguro- , hubo un momento que me preocupaba por él por llevarnos tan bien. Algo que surge, se da y punto. Me culpabilizaba y me daba pena, pensaba que  estaba limitando su vida, pero no podía inventarme un conflicto. Solo he hablado de temas personales de intensidad dos o tres veces. Le di mi opinión después de que cumpliera 20 años. Solo porque me lo pidió. No me importó que lo hiciera, sino al revés.
Suspensión de la conferencia de mi hermano
La conferencia era el día 22 de este mes en el Casino. Se había suspendido el cumpleaños de Rosita inclusive. Pero resulta que al pianista que venía de Madrid al acto, le ha surgido una gira por China. Pasa a octubre, sin determinar. Ya estaba haciendo cábalas sobre lo que escribir sobre él en mi columna. La segunda vez hubiera sido. No pensaba mirar la anterior, para ver si salía idéntica o disforme.
¿Impasse? ¿Catapulting?
A mí me iban a llamar del extranjero, para algo que sonaba muy bien a celebrar en otoño. ¿Estamos ya o no estamos?  No sé nada.


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