miércoles, julio 12, 2017

Jorge Rodríguez Padrón me honra

Absorbido por el Sáhara, mi libro Francisco Aguilar y Paz: el disidente de la vanguardia canaria, quedó completamente orillado. Como es un libro para académicos lo mande a unos cuantos profesores de literatura de las universidades canarias, sin acuses de recibo. Son ideas muy novedosas que presentan a alguien (Aguilar y Paz) injustamente preterido y sitúan a las vanguardias en otra época de historización, lejos de los enfoques en boga de hace unas décadas, que quedaron fijados para siempre. He pretendido con mi libro que hubiera otra visión distinta de las vanguardias.  Las creaciones, valores y creencias de los protagonistas de las vanguardias se fueron con ellos, no así el análisis crítico que se hizo, que cae en parte en el ajuste de cuentas con el franquismo. Así como en una idealización de los movimientos estéticos, que a ojos de hoy hay que relativizarlos y mucho, como inexorablemente en ideologías y prácticas políticas.
Por todo eso mi libro incide en las vanguardias y en su historiografía. Ofrezco un ángulo distinto, sin duda.
El catedrático de filología de la Complutense, escritor de máximo relieve en Canarias, hijo predilecto de Las Palmas y socio de honor de la Academia de la Lengua Canaria, Jorge Rodríguez Padrón me ha dado las mejores noticias que yo podía recibir de mi libro. Cuando una Autoridad se manifiesta con tanto entusiasmo   sobre él, es lo más que a uno le puede satisfacer.
Me pone algo que ya me dijo mi hermano, que va a ser un ensayo de referencia y que incluso a él (que conoció a sus protagonistas) le desvela ángulos y perspectivas no tenidas en cuenta. Tras indicar que su lectura resultó muy placentera o algo así, me insiste que está bien escrito. Otro valor que yo persigo.
 Tanto del libro último del Sáhara como  de este de Aguilar y Paz, no  tenía ninguna duda de que  lo que aportaba  era importante, que no eran  estudios más, sino al revés. Dos grandes profesores  me han dicho de los dos, cada uno de uno, que además están muy bien escritos (por si alguien lo quiere leer: enemigos de clase).

Jorge Rodríguez Padrón me ha enviado ese libro suyo  de arriba, muy prometedor por lo que he hojeado, que pasaré a devorar. Todo va bien. Let´s go. 
Mel es el electricista que lleva dos días en casa. Me acaba de decir -parloteamos mucho- que era muy gracioso, le he añadido que también divertido y simpático, a lo que ha respondido: no seré yo quien lo niegue 

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