domingo, junio 11, 2017

Con el indio Juan y la chamana Montaña de Canela

Estamos en  el ágape de la graduación de Espy en Tucson, Universidad de Arizona, hay otra menor.
Lo celebramos en el bar de sus amigos mexican e indios. Al final, a la fiesta,  llegaron de la contracultura de El Presidio, el barrio indie de Tucson.
Hemos bailado tanto Rosita y yo, que somos automáticos
Llegaron los tatoo de Presidio
La superioridad de mi hija. A mí Tucson me ha encantado, este bar estaba en la zona estudiantil y bohemia. 
Espy en el día del diploma de excelencia, el anterior a la graduación. Te daban dos consumiciones  en la barra que pusieron, dos tiras de papel. No se podía pagar las siguientes. XY falsificó una tira, les hizo gracia  y le dieron la tercera- yo simpaticé con el negrazo, que me invitó.
Al fondo la chamana Montaña de Canela y el indio Juan. En un sala del restaurante me enseño enmarcado un artículo con una foto de un periódico. Está ella con el comandante Marcos, el mexican de Chiapas. Son activistas.
El indio Juan miraba como los grandes jefes indios, que ves que sus ojos en realidad prospeccionan  su interior,  antepasados y cementerios sagrados. Me miraba pero no me veía. Las hijas de Montaña de Canela le adoran y ninguna es de él-
El indio Juan me dijo que no sabía ningún idioma, aunque sabía decir cosas en inglés, indio y español. Yo levitaba y creía en dios otra vez. La chamana sin embargo era muy hablada. 
Le dije más de 180 veces a Rosita que Fer y yo íbamos vestidos de pueblo, que en EE.UU son muy informales. Menos mal que lo disimulamos haciéndonos pasar por agentes secretos del FBI
Un abogado anglosajón con el ELA. la chamana me pido que me comprometiera  con su lucha, parte de su tribu está en EE.UU, le dije que lo más que podía hacer era escribir un artículo que a nadie interesa, empezando por mí (que no se lo dije aunyue lo pensé),  y nadie iba a leer- luego se me sentó al lado un anglosaxon filólogo de español. Cuando me di cuenta que le estaba hablando del Sáhara y no entendía nada   me aparté,
sucumbí a la singularidad de la chamana que vestía étnica- adolescente. Procede de un pueblo anterior a los aztecas. Gente similar suele formar parte de mi larga lista de enemigos de clase, bueno estos no porque son auténticos, pero no puedo  resistirme a la excentricidad, lo raro y extravagante. 
Estaba inmerso en el estado de adoración y máximo fulgor del  hecho extraordinario cuando va XY y comenta que ella tiene todos los días en consulta 5 ó 6 como la chamana. Supongo que se sumaría mi hijo, cuya profesión es la de destructor de mitos  y estados leves de enajenación.  
Las mas maravillosa puestas de sol están en Tucson (una ciudad  de jipis según  XY), en el desierto de Sonora.

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