jueves, agosto 11, 2016

El diario de un escritor comprometido 5 fabada

Un producto alimenticio que ha sido esencial en mi  dieta durante décadas ha sido la fabada Litoral. En Bilbao y Vizcaya el plato nutriente, dador de potencia, suministrador de energía, espiga telúrica,  el equivalente a las espinacas de Popeye,  de los hijos dioses del matriarcalismo vasco, eran las alubias rojas de Gernika y en Guipúzcoa las de Tolosa.
Un amigo  mío tenía  un  bar muy conocido en las Siete calles de Bilbao.  Tendríamos  20 años y me llevaba a comer gratis  claro,  a su  restaurante,  en  el menú del día del comedor cercano a la barra ponían  alubias  de lata, que  eran tan buenas como las otras.  También me  invitó  alguna otra  vez el  hijo de los de otro  restaurante más  conocido, siempre en  régimen  por la patilla. Los lunes que cerraba el primero íbamos  a saquearle  el bar, pero nuestro amigo tenía   que  luchar contra las  culpas, la deslealtad y la traición filial. Nos  conmovió  y cesamos  en  las  súplicas saqueadoras.  Me comportaba tal cual  Atroz ahora, inmune a los procesos de socialización y con el prurito compulsivo  de sacar el máximo partido a todas las ocasiones,  tomaba Schweppes de naranja para gusto  del paladar  y  una vez casi  pierdo un dedo  por exceso de gula  con la cortadora de jamón.
En el barrio del Toscal de Santa Cruz había una  tienda (venta, como dicen los nativos en amazigh)  cuyo estante superior estaba lleno de Litoral. Eran los años 80 y aparte el sabor y calidad era una comida muy limpia, no tenías por qué mancharme los  dedos. Me las comí todas, iba comprando el estante y lo veía acortarse. Me inventaba arroces con zanahoria pérfidos.  Si tardaba, allí seguían  y reanudaba el adelgazamiento del estante. Tomaba mucho zumo de naranja, porque fumaba como un   enfermo mental, y para no contraer el escorbuto. Quedé sometido a Litoral. Hasta hace unos  años  me comía el de medio  kilo, quitaba morcilla y tocino casi todo. Ayer  comí, Mercadona  tiene  unas alubias y lentejas, jardineras se llaman, con  verduras, no están mal  pero no tienen la  consistencia de las otras.
Las mejores son las Gutarras de frasco, que hay que hacerlas, me iniciaré en ella. Platos largos nunca he hecho salvo porrusaldas. 


No hay comentarios: