lunes, septiembre 28, 2015

La imprevisibilidad tanto del futuro como del pasado

Ayer  salió una magnífica entrevista en el suplemento de El País con Daniel Innerarity, filósofo político, bilbaíno y nacionalista (el nacionalista menos nacionalista concebible, si no lo declarase sería imposible saberlo). El habla de la imprevisibilidad en  el mundo actual, de la fugacidad  y dislocamientos en cascada de problemas y propuestas, de la fungibilidad, esto ya es mío. No habla de la sociedad líquida como Bauman sino gaseosa y augura un futuro de extrema complejidad e imprevisibilidad. Por supuesto no cabe margen para la predecibilidad.
La bestia parda del nacionalismo aunque supone  la remoción de las emociones mas primarias, instintivas, conservadoras, tribales, monistas es otro elemento de imprevisibilidad. El nazismo fue un movimiento políticamente moderno, no era conservador, porque  no se había dado nada antes similar, y la sociedad ya era de masas.
Se da la circunstancia que lo más atávico, ahora sí antimoderno (anticosmopolita, antimulticultural antimestizaje, anti-plurilingüismo, excluyente y anti-inclusivo...) es otro elemento de imprevisibilidad. El pasado,  las  inercias, la sangre vieja forma parten también de lo imprevisible. Se puede entender que la extrema complejidad del futuro lo sea, pero que también lo sean  las fuerzas del pasado, ya es mucho más sorprendente. Lo son  al adoptar las formas más desafiantes, rupturistas, insurreccionales posibles. No el futuro solo, también el pasado ofrece imprevisibilidad, por su recurrencia como el mito, es decir al margen del tiempo lineal y cronológico. Cuál sería el efecto en Europa: ¿el estímulo a la disgregación?  bajo un horizonte de una  gran alteración poblacional y cultural con  la emigración masiva. El choque de trenes tendrá  un escenario totalmente europeo, abierto a todos los albures.
La aportación racista, etnicista, con el culto a lo atávico, mitos, pulsiones de exclusión, de endogamia, uniformidad monolítica no  pueden diferenciar al independentismo catalán de la extrema derecha francesa; estarán en el mismo barco a poco que encuentre dificultades con un Otro mucho más Otro que los españoles.
Otro dato. 21escaños de antisistema, insurreccionales, desobedientes "cívicos"... El nulo sentido político de IU-El Verds o Alternativa o como se llamen, ha sido glorioso, han perdido más votos sometiéndose a  Podemos.
La burguesía catalana merece tesis parte,  está avanzando a marchas forzadas a su desaparición como clase   hegemónica, ya no hay seny, ni catalanismo, ni apertura cosmopolita, ni una sola iniciativa de hegemonía,  están rodeados de camisas pardas batasuneros y charnegos (hijos y nietos, la asimilación  y transubstanciación en catalanes puros no se ha producido) que por fin piden sitio en paridad..

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