lunes, agosto 24, 2015

Parte de lo censurado

Este dolor no es la Giralda acompañada
Aunque estuve muy politizado siempre, no he ayudado nunca  a nadie concreto en algo concreto. He sido como un diletante, ambiente, paisaje, flujo. En cambio mi hermano es el único que conozco que con su  intervención cambió radicalmente la vida de una persona. Hay acto, persona y resultado. Como ocurre entre médicos sin fronteras, cooperantes y demás que hacen el bien concreto y directo.
Mi hermano sacó a una polaca que estudiaba filología española del Telón de acero. Se las ingenió para que el Montestory le diera una beca, se la prorrogase etc luego la universidad. Él hubiera podido ir de lector de español a una universidad polaca, pero más importante era escapar del comunismo y alcanzar la libertad. Yo comprendo que la frivolidad progre no entienda estas cosas y estén mucho más interesados en su mundo de esquemas –siempre obran a favor de ellos- , que son los que realmente cuentan: los propios.
Aquella polaca desde entonces vive en España sus hijos son políglotas como ella y es posible que el lunes los conozca en Los Reunidos.
Una de las hijas está de becaria en la Embajada de España en Varsovia. Me enseña una foto de ella riéndose del palacio de cultura que  Stalin regaló a los polacos  que  se ve al fondo y arriba de este post. ¡Qué casualidad! había oído verdaderas cosas alegres y divertidas sobre ese edificio y sobre Polonia este mismo mes.
Resulta que ese mismo edificio sin el más mínimo valor arquitectónico, exponente de la peor arquitectura totalitaria solo ofrece  grandiosidad, monumentalidad faraónica y simbólica propia de la arquitectura fascista. Como ha sido muy estudiado por la estética (e iconología, semántica, historia del arte) la función de esa arquitectura es la de subrayar y contrastar simbólicamente el poder  del estado frente al súbdito. Intimidarlo, representar la distancia y el tamaño, la escala de cada cual. La simbología arquitectónica es muy importante.  La República francesa se encargó de esparcir por París, los signos físicos y funcionales del poder del Estado jacobino. Por eso en París podemos  ver  la ostentosa y poderosa edificación de la Administración  francesa, con su piedra, sus altas verjas, sus dorados, sus ventanas y puertas suntuosas. Algo no muy distinto pero más concentrado hizo Mussolini al sur de Roma con EUR, ese barrio de arquitectura  grandilocuente pero muy racionalista, al punto que parece extraída de la pintura metafísica de De Chirico.  Todas las arquitecturas totalitarias y fascistas tratan de reducir al individuo al  contrastarle con  las dimensiones del poder. Hay en general una arquitectura pública, con sus objetivos y sus símbolos que los representan. El edificio público más vulnerable simbólicamente, aunque físicamente espero que no, que conozco es la Casa Blanca de Washington. ¿Tendrá que ver con el poder civil democrático, la idea de comunidad y de su representación temporal?
No tienen menos simbología que las iglesias góticas, las pirámides o los  templos aztecas.  El mazacote estalinista de Varsovia, que tanto recuerda a La Giralda de Sevilla y a su imitación deliberada de Miami, es obra de un arquitecto que no solo no ganó el Pritzker, sino que no figura en una enciclopedia de lo fallido faraónico, porque en los libros de arquitectura ni sale. Casualmente en el último año hemos vivido mucho tiempo en el Moscú de la Revolución (se vive mucho más por los libros que por las tarjetas postales) y sabemos de las desmesura del proyecto  del Palacio a Lenin, que fue imposible ejecutar, y su exangüe competencia en gigantismo con los nazis. Si el barón Hausmann (el del bulevar del mismo nombre de París) acabó con el urbanismo medieval y dedálico de París, trazando los anchos bulevares para que las tropas pudieran ir rápido y sin obstáculos al extrarradio obrero, en Moscú ocurrieron muchas y mayores devastaciones, de la ciudad, sumida en la miseria, todas las penurias y la opresión comunista. Al efecto, el último libro que he leído es el de Walter Benjamin que  residió en 1926-27.
Por mi hermano que es un intelectual sabio me entero de algo que no sabía, del alzamiento de la población de Varsovia en 1944, contra los nazis. El ejército territorial de Polonia decidió liberarse como pueblo por si mismo, para que no lo hicieran los soviéticos y quedaran bajo su férula. Tal y como hizo Tito en Yugoslavia. Los polacos tras 60 días de combate fueron aniquilados por los nazis , otros 250.000 muertos. El ejército rojo esperó a decenas de kilómetros  de Varsovia, sin atravesar el Vístula, a que los nazis  acabaran con su competidor, e inmediatamente conquistaron Polonia.
Es muy triste la historia de Polonia. En 1939 el Pacto entre Von Ribbentrop y Molotov, permitió que Hitler  y Stalin se repartieran Polonia. El bravo ejército polaco  enfrentó su caballería a las divisiones acorazadas  alemanas. El gobierno se exilió a Londres. Los comunistas se abstuvieron de toda resistencia a los nazis por el citado pacto, incluso cuando los nazis invaden Francia en 1945, en que siguen sin reaccionar.
Está el levantamiento del gueto de Varsovia, está Auschwitz Birkenau  y está la matanza de Katyn. Esa matanza los rusos se lo imputaron a los nazis durante muchos años, aunque ya se ha reconocido por Rusia que fueron ellos, cuando todas las pruebas habían desmentido la mentira soviética.
En Katyn fusilaron a 30.000 polacos, a todas las élites: jefes y  oficiales del ejército  al completo, profesores, profesionales…
Gdandks, aparte de que sea de bonita muy bonita es  la famosísima Danzig, patria de Schopenhauer y de Lech Walesa fundador del sindicato Solidaridad. Qué omisiones. Sin meternos en el ducado lituano-polaco, que eso es ya más antiguo.
 


1 comentario:

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Luego preguntaré a los polacos a ver en la casa giralda acompañada de cultura de Stalin, cuántos zafras de ballet entraban, cuántos koljoses de plástica, cuantos planes quinquenales de literatura, cuántos NEP de bordados y otras artesanías populares, cuantos grupo de balalaikas, cuántos camaradas empleados por metro cuadrado.... la cultura polaca se disparó, pero ahora solo me vienen nombres de exiliados, Polanski, Reich Raniki...