viernes, octubre 24, 2014

Presentación

 
 
 
Como siempre la sinopsis la brindó Oktaviansky: Todas las presentas son diferentes, pero esta ha sido la más rara. Con frases como “mi vida no tiene ningún interés, pero las de los demás tampoco…” –que debí decir-, parecías Beckett en su  etapa más francesa.  ¡Genial, genial!”.
Yo, tal  como muestran las fotos, indistintamente riente y festivo como circunspecto y ¡asombro! con rictus de mi padre.
Resulta que haciendo un libro de crítica de inmensos burócratas, o sea sindicalistas  de profesión,  me sale uno autobiográfico (muy parcial y enfocado al tema). Me hubiera salido más profuso, tipo jungla inextricable, uno sicológico por ejemplo.
Andrés es otro maestro en paradojas e ideó una fórmula inédita. Con nosotros, antiguos y recientes resultan proscritos la rutina y los lugares comunes. Las mayores tonterías de mi vida, la sarta de vacuidades,  fláccidos sofismas, formulismos entecos, discursos desmayados, simulacros tan delirantes como torpes los he oído en muy poco tiempo en presentaciones. ¡Qué fue aquello!
Ayer no tenía nada que decir. De ahí que balbuciera  y enmarañara ideas mirando al suelo. Como un nihilista, un descreído que no se atiene a un criterio  procedimental y comunicativo. Aunque es importante la consciencia de que no hay lugar para mucha transmisión de ideas o  propuestas. Más que transmitir, mostrar la dificultad, la fragilidad de motivos y explicaciones, el distanciamiento  escéptico de uno es lo que se puede salvar.  Lo más digno es monologar sin mucha conexión, como si estuvieras ante un espejo y  te estuvieras todo el rato esquivando.
Si no hay nada que decir, callar,  si no repercutir esa circunstancia con arabescos, bordados y fumarolas al sufriente amigo. Lo que es obsceno es hablar de uno. Como hacen  los prosistas del entretenimiento, lastrados por su propia vacuidad teleológica e instrumental.
Le llamaste a J.L, - uno a los que está dedicado el libro- interroga XY. No, contesto. ¿No le localizaste o no lo intentaste? No lo intenté, le aclaro. Dicho queda.
Los que responden son los amigos, que es  de lo que se trata, de convocarlos y tomar algo.  Eso sí es una delicia, una celebración. A mis  amigos el libro les está gustando. La parte intimista, autobiográfica, qué cosas, quien me lo hubiera dicho. Cuando era helio, poseía materia.  Claro, no iba  a ser lo relativo al sindicalismo. El Herreño, que se lo había comprado en una librería, lo tenía hasta subrayado. Pero ¿cómo me puedes subrayar? Pero me lo explica bien. Hablamos de literatura como experiencia de vida y medio único de transmisión de los nichos de intimidad, de conexión sensible o ideacional, que no se puede compartir ni queriendo de otra forma.
Lo tomo de Zygmunt Bauman, de su Modernidad líquida, porque eso es lo parecido a mi situación, estoy en una situación líquida, todo fluye y nada es preciso asir y que tenga materialidad (salvo el armamento), sino ser  parte de  fluidos o granizo de  tormentas, las ochocientas entradas que lleva mi artículo en el digital  de El Día sobre Domingo López Torres, el teórico frustrado, la intensidad que produce la comparecencia ante la Justicia, el saberte buen combatiente, nada restringido ni convencional, con frentes por abrir,  llegar  con el periódico bajo el brazo gritando casi, mira, mira  “militante de USO Canarias”. Yo. Eso el miércoles, el jueves  otra vez. Nos reímos.  Mi organismo no segrega ni una endorfina, pero sí alguna sustancia emparentada con la adrenalina.
Coordinando ideas  a través de la diagonal gafas-rodilla-zapato-suelo
 
 
Con el Herreño
 
 
El que siempre posa igual: para atrás. Es tan narcisista
 que siempre posa en selfie. Es el que busca capturarse a sí mismo, autosuficiente, aunque el Líder estuviera a dos metros, que lo suplanta en su imaginario por su largo brazo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lástima que solo pude llegar al Parlamento y poco más. Pero qué sería una presenta sin la croqueta? Un placer y un honor que cuelgues dos fotos tomadas con um móvil hasta que los Reyes me traigan una cámara...NAL

Anónimo dijo...

Lástima que solo pude llegar al Parlamento y poco más. Pero qué sería una presenta sin la croqueta? Un placer y un honor que cuelgues dos fotos tomadas con um móvil hasta que los Reyes me traigan una cámara...NAL